Pon una olla baja o sartén a calentar con el aceite de oliva virgen extra e incorpora la pimienta negra Winkler. Cuando empiece a crepitar, incorpora el brandy y baja el fuego, deja reducir y evaporar el alcohol, y cuando quede un tercio del contenido inicial, añade la leche evaporada.
Sube a fuego medio y condimenta con el concentrado de carne y sal al gusto. Deja que rompa a hervir y baja el fuego.
Cuece hasta que la salsa empiece a espesar, sin dejar de remover con una espátula o cuchara de madera. Si vas a servir la salsa pimienta inmediatamente, redúcela hasta conseguir la densidad deseada, pero si va a reposar un rato antes de servirla, retírala del fuego antes de que esté tan espesa como deseas, pues con el calor residual se continuará cocinando y reduciendo.